Algunas Veces Me Pregunto

Algunas veces me pregunto qué he hecho de malo para nacer aquí, bien es cierto que nacer en Nigeria, salvo que seas hijo del pastoso, es peor, pero volviendo aquí, es triste que tengamos que estar a las que nos caigan después de la digestión de los que mandan, vaya pandilla.

              El que ahora mismo está en la poltrona, hace y deshace en la sombra, sin aparecer, sonríe, intenta ligarse a la de turno en Europa, o hacerse el simpático, quiere también medrar por allí, pues parece, que nunca se sabe, que por aquí poco le queda.

              Grandilocuente, oportunista, sabedor de que gusta a las mujeres, con muy poca vergüenza, con la facilidad de un camaleón para responder “yo no he sido”, y una capacidad casi inhumana de tener delante de él, como protección, a muchos y muchas quitaverguenzas, y por lo demás a esperar que le den aire para salir en las próximas; dios, o quien sea nos libre, que, si es así, es que nos merecemos todo lo malo que nos pase.

              En cuanto a la oposición… madre mía, un señor que se sienta con cara de malvado decimonónico, mientras espera que la efigie del espantapájaros caiga sola, por su propio peso.

              Se siente el heredero de una larga lista de próceres de dudosa trayectoria, y aspira a llevarnos… aun no lo sé, supongo que cuando llegue el momento, supongo, lo sabremos.

              Y me pregunto qué espera; por lo menos me gustaría un poco de sangre caliente en las venas, pero nada, su temperatura corporal no parece elevarse, al contrario, asemeja que disminuye, eso me da aún más miedo, siempre he odiado a aquellos que guardan de todo para hacértelo pagar cuando puedan, a traición y por la espalda, aunque seguro que estoy mal de la cabeza, como asegura un amigo mío.

              ¿Y de los que perjuran que pueden?, Nancys de opereta, ministros con encefalograma plano, defensoras a las que le crece la nariz cada vez que hablan, y por supuesto niños que se acuestan rogando a supuestos libertadores rusos que crearon monstruos que el viento se llevó…, que miedo me dan.

              Al final, un circo, donde los más listos son los caballos, donde todo huele a excremento, a catalina generosa, a enanos disléxicos y a trapecistas con Parkinson.

              Que cruz, madre mía, que cruz.

PCGC 2022