Un Día De Recalmón

Un día de recalmón, como diría mi abuela, el calor que no se va, y el fresco que no llega, algo que se da por supuesto, y cuando falta, lo echamos de menos… y como.

              ¿Ventilador?, ¿aire acondicionado?, ¿abre las ventanas?, aire aún caliente, la sensación de que nunca va a acabar, y sabemos que llegará, pero es como cuando vienes de la feria, ¡que largos se hacen los pocos metros que quedan!

              El humo sale a través de la ventana, no es de tabaco, no puedo permitírmelo, por salud, y por economía mayormente, así que lo que sale es el sucedáneo, el de un vaper que quiere hacer lo mismo, pero no puede.

              “Te veo mejor desde que no fumas”, comentan, y …, voy para viejo, y el tabaco mata, y pagarlo aún más, eso y tener que cuidarte, me mata.

              No soy de los que quieren vivir para siempre, así que lo de cortarme con la comida, no beber, no comer alimentos de los buenos, me jode, no solo me molesta, porque es algo que siempre he hecho, comer copiosamente, con todo lo demás, lo que me ha dado la gana, beber, no es lo mío, pero si se tercia… tampoco, no me gusta a estas alturas, pero lo del ejercicio, podían haber inventado algo menos cruel, y además, todos los días, que locura, yo que he sido de los de deporte por delegación, de los que no lo veían ni en la tele, fuera a ser que se pegara algo, y ahora, “cuídate”, no, si yo me cuido, pero a mi manera.

              Quizás dure menos, tampoco voy a hacer exageraciones, pero lo de cambiar totalmente mi vida, va a ser que no, que la edad hay que llevarla como los cuernos, con dignidad, y si hay que morir, pues va uno y se muere, pero sin acojonar, que al final todos en la misma fila, antes o después, y lo de después que no sea a base de vivir una vida que es infumable, de las de prívate de todo, que vas a durar más, no, también es natural, en principio, morirse, vaya que si lo es.

              Lo siento, me gustaría seguir la corriente de los alimentos caros de cojones que te prometen que las venas van a ser como las que tenías con veinte años (quien se lo crea), que la grasa es tu enemigo, no, la grasa es un amigo con el que hay que tener precauciones, y que un buen plato de jamón serrano a uno de jamón york, es lo que un Velázquez a el garabato de un niño de teta, si puede coger el lápiz.

              En fin, centrémonos, o mejor dicho no, no quiero fomentar la dejadez, pero tampoco que florezca lo absurdo de cualquier moda bien cara surgida de mentes prodigiosas, mi abuelo se daba la gran vida, y aguantó más que un martillo enterrado en manteca; sé que la vida ha cambiado, ellos estaban hechos a mano, pero yo tampoco tengo la culpa, así que perdonadme, pero voy a seguir haciendo lo que me da la gana…si puedo.