
Hoy me ha venido a la mente
Recuerdos de cosas viejas
De las noches de solera
En los veladores de Puerta Nueva
De los mármoles cercanos
De ese seis impenitente
De los calamares fritos
Del saludo intransigente
Obligados en verdad
Por la vecindad
Cuando no,
Por el conocimiento
“Buenas noches, Don Pedro”
Y mi padre agacha la cabeza
Y sonríe aunque no sabe hacerlo
“Otra de japutas calientes”
Que de gambas a la plancha
Aun en carta nadie se acuerda
De gaseosa Pijuan
O de la costosa Mirinda
De los sansones tirados
De mis búsquedas nocturnas
De ir a por el vaso de agua
Por no molestar al camarero
Que bastante tiene
Con el continuo trasiego
La luna clara ilumina
en el cercano parque
la efigie de un triunfo
de un san Rafael elevado
“Ya corre un poco de fresco”
Cuando aún nada se mueve
Y mi madre sonríe
Y se ilumina la noche
Nunca fumó la señora
Pero en aquellas noches
Nadie le hacia un reproche
Cuando del paquete cogía
Un cigarro americano
Y con la inocencia
De su pálida belleza
y su falta de picardía
A mi padre sonreía
Con el cigarro en la mano
Tocando apenas sus labios
Y a Don Pedro le venía
Como descubierta ahora
Esa escasa sonrisa.
Ese humo que inhalaba
No pasaba de su garganta
Era solo la novedad de lo visto
Y la miraba embelesado,
Enamorado de siempre
Era mi madre
Que para mí encarnaba
Lo más bello que existía.
Tres de marzo de 2021