Hoy, aquejado como siempre por la bruma del dolor, harto de pensar en ello, he optado por leer algo que, a mí, en mis cortas entendederas, me ha parecido un cuento, cuando mas una quimera, pero sobre todo una mentira o un engaño, sirva cualquiera de estos adjetivos para definir lo que pomposamente sirve llamarse por la cofradía de la sotana blanca y roja “CÓDIGO DE DEONTOLOGÍA MÉDICA-GUÍA DE ÉTICA MÉDICA”
Mi primera sorpresa es encontrarme con que el citado texto, lejos de contener unos principios básicos, es un extenso compendio de mentiras, que cuanto mas se alejan de los supuestos concretos, más inexistentes lo son en su cumplimiento, haciendo de la profesión burla y escarnio de los mismos.
Tiene hasta preámbulo y XXI capítulos, si señores, veintiuno, algunos de ellos de lógica aplastante, que como es lógico, valga la redundancia, por no costar trabajos, esfuerzos o dineros, todos los cofrades de esta secta cumplen a rajatabla, creyendo dignificarse con ello y solo por ello.
La última revisión es del año 2.011, año en el cual ya conocía de sus actividades, siendo estas tales que eran similares a las que ahora se realizan, de tal forma que sirva mi descalificación para esta, y para las anteriores, pues solo han variado en lo mínimo o en lo obligado por convenios u obligaciones foráneas.
Leo con sorpresa “Al tratarse de normas de obligado cumplimiento…” ¡son obligatorias!, increíble, obligatorias…, parad el mundo que me bajo, me he equivocado de planeta.
Y con dos pares, para mayor sorna, proclama a bombo y platillo:
“El fomento del altruismo, la integridad, la honradez, la veracidad y la empatía, que son esenciales para una relación asistencial de confianza plena.
La mejora continua en el ejercicio profesional y en la calidad asistencial, basadas en el conocimiento científico y la autoevaluación.
El ejercicio de la autorregulación con el fin de mantener la confianza social, mediante la transparencia, la aceptación y corrección de errores y conductas inadecuadas y una correcta gestión de los conflictos”
¡Toma ya!, bájate de las nubes, que me parece que el que se ha equivocado de planeta es el que, con tanta estima de su profesión, y en aras de enaltecerla, se olvidó de la realidad. Sirva su ilusión para imaginarnos que, a pesar de todo, hay algunos colegiados que creen en ellos…, o eso espero.
Las leyes no son lo mío, pero solo empezar a leer el citado texto, me encuentro con la primera incongruencia, a mi corto parecer.
“El incumplimiento de algunas de las normas de este Código supone incurrir en falta disciplinaria tipificada en los Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial, cuya corrección se hará a través del procedimiento normativo en ellos establecido”
Es decir, médicos que juzgan a médicos, que los sancionan, interesante, lo he visto, no sé dónde… ah… si en toda la administración, en casi todos los lugares donde solo buscan que el que ante ellos reclame se asfixie en el tiempo, el dispendio de bienes que no tiene, o de rompimiento de la voluntad, para hacerlo desistir de su propósito, por muy loable que este sea.
Artículo 4. “De las acciones realizadas por un médico, que ejerza su actividad a través de una Sociedad Profesional inscrita en el Colegio de Médicos, responderá deontológicamente la Sociedad, sin perjuicio de la responsabilidad profesional que dicho médico contraiga a título individual”
Solo la última parte me da algo de esperanza, es decir que en última instancia, y solo a titulo personal, podrás interponer demanda contra el facultativo que haya faltado a sus deberes… interesante, el que coloca el código deontológico, obliga a que se cumpla, pero su incumplimiento es grupal, lo que realice un facultativo, a fin de cuentas es problema de juzgados, donde los peritos que lo desarrollen, serán también médicos… interesante, muy interesante.
Otra pregunta, qué es ¿responderá deontológicamente”, ¿lo colocarán en un potro de tortura, será empalado, o se le dará un cachetito?, por supuesto con un compañero al lado, por si…, no lo sé, pero me da, que tiende hacia lo último.
Artículo 5.
Sin palabras para definirlo, quizás un cuento de hadas, una mentira elaborada, un deseo inalcanzable…, no lo sé, pero estoy seguro que es para reír.
“La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad”, toma ya, que se ha quedado descansando. Me he quedado alucinado, los nuevos dioses están a mi servicio… espera, que posiblemente, yo no sea humano, sino un simple 14/… ¿somos humanos?, no sé qué decir, según esto, debo de ser como la mayoría de los homínidos que habitamos el planeta, subhombres, los nazis lo decían mejor, untersmensch.
El segundo punto es para morirse de risa, sino fuera porque lo he sufrido, como todos, por lo menos aquellos que no disfrutamos de privilegios.
“El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna”
Sin comentarios, que babeo la inquina.
Punto tercero. “La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. El médico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal”
“Fide erga pauperes”, la lealtad a los pobres, a aquellos que nada pueden ofrecerte, que no obtendrás nada a cambio, pero lo haces, ¿eso realizan los médicos?, ¿Dónde?, en Darfur, ¿hay que ser negro?, no lo sé, ¡cuánta duda!
El punto cuatro, me ha cegado, casi, “El médico jamás perjudicará intencionadamente al paciente. Le atenderá con prudencia y competencia, evitando cualquier demora injustificada en su asistencia”. ¿demora injustificada?, ¿Qué significa?… perdón, perdón, que la culpa siempre es de otro, de la administración, de la mala y de la peor, la falta de medios… cualquier cosa, menos dar la cara, echarle… por los pacientes, sed humanos, quitad ese punto que daña los ojos, y los oftalmólogos también son médicos.
Voy a pasar artículos, que me voy a dejar de comentar en aras de que no se convierta en infinito el presente escrito, porque leña, se puede sacar de todos, pero vayamos a los estentóreamente falaces.
Artículo 7, punto 2. “El médico, principal agente de la preservación de la salud, debe velar por la calidad y la eficiencia de su práctica, principal instrumento para la promoción, defensa y restablecimiento de la salud”
Calidad…, va a ser que no.
Eficiencia… tampoco.
¿Qué más decir?, a la libre elección de cada uno dejo sus pensamientos sobre esto.
El tercer punto, solo una corrección, mínima. “La formación médica continuada es un deber ético, un derecho y una responsabilidad de todos los médicos a lo largo de su vida profesional”
¿Eso son los congresos médicos?, formación continuada…, quizás haya visto muchas películas, o quizás conozca a muchos médicos, pero lo que me cuentan no es eso.
Por cierto, ¿Quién los financia?, pero sigamos, que queda mucha tela por cortar.
Por ello, dejamos el punto cuatro y nos vamos al cinco, no porque no haya nada que comentar sobre el anterior, sino porque el cinco esta para comérselo.
“Siendo el sistema sanitario el instrumento principal de la sociedad para la atención y promoción de la salud, los médicos han de velar para que en él se den los requisitos de calidad, suficiencia asistencial y mantenimiento de los principios éticos. Están obligados a denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes”
¡No saturéis los correos electrónicos de la administración!, dejad las interminables huelgas, las denuncias que colapsan desde juzgados a comisarías… no, eso, no, no era aquí, perdón, veo demasiadas películas, pero creo que han juzgado a algún medico oveja negra, que sí, que lo ha denunciado, pero no estoy seguro, así que me callo.