Volver A Escribir…

Volver a escribir… de nuevo… como siempre, es extraño, los días se concatenan sin significancia, el verbo prostituido amanece en el burdel de la memoria, y se corrompe aún más, ¿fue ayer?, ¿será mañana?

              Quien lo sabe, yo no.

              ¿Podré reventar cristales, y destruir edificios, volándolos en millones de pedazos, mientras a mi alrededor todo es una hecatombe que destruye el orden establecido?, no, seguro que no, ¿Qué me gustaría?, seguro.

              Me sale un suspiro de mi cansado pecho, mañana llora por la limosna, hombre mierda y me miro en el espejo.

              Migajas de hienas, comer sanguinolentas heces de hienas, alimentadas por nosotros, pobres cabestros de amplios cuernos.

              Quiero muertos, muchos muertos, que hagan constancia de que algo cambia. Pero no. Mañana será un día de ordenada cola, para chupar el excrementó de la primera hiena que aparezca tras de un mostrador.

              ¿Qué me gustaría?, abrir en canal sus cuerpos, y sacar las tripas de la alimaña al aire para purificarlas, pero solo sonreiré, y me haré el gracioso, cuando degollarlo sería la mas torpe de mis fantasías.

              No lo soporto más, es aberrante, es desagradable, antinatural, pero por desgracia cotidiano, normal y soportado más que soportable, los que aprueban el examen, aquellos que nada han creado, nos dominan, nos perdonan, cuando su cuello es tan blanco como el de los pollos, un simple movimiento y sentirías cono la sangre caliente cae por tu vientre, mientras los estertores del que muere te llenan de gozo. Uno a uno. Todos. Todos y cada uno.

              Togas levantadas, tripas al aire, ningún cuervo muere. De momento. Solo agonizan entre tormentos, el tormento del dolor inacabable, del terror a la cercana muerte. Y mi cuerpo se llena de gozo.

              Olor nauseabundo de seres abyectos que solo ven borregos, que pienso en que pueden ser capaces de exterminarlos. Sonrío. Suspiro. Sueño.