Penetré en el Bosque de la Vida

Penetré en el bosque de la vida
Entre las hojas caídas
De un otoño entre sombrío y hermoso
Caminé bajo las nubes
Entre la miríada de árboles erguidos
Diferentes, tanto
Que al final iguales todos
Pasee por las sendas de miles de ramas vivas
Iguales, ninguna diferente
Grandes pequeños
Erguidos, de lado vencidos
Delgados, fuertes
Tramados, caídos
Todos iguales
A mi vista, vistos
Y camine despacio
Por el bosque perdido
Donde miles de arboles
A cada paso dado
Se ofrecían
Con sus hojas vivas
Con sus hojas caídas
Y camine incontables días
Todo igual
Vivo y sin vida
Y penetre un día
No recuerdo el motivo
Ni tan siquiera el día
Y sentí la presencia
De algo que me llamaba
Que sin querer me atraía
Seguí mis pasos por ese sendero
Pero sin darme cuenta
Cuando avanzaba retrocedía
Y buscaba el árbol que igual parecía
Requebré en senderos
Me perdí por los caminos
Y sin querer queriendo
A ese mismo árbol volvía
Cansado de buscar lo que no sabia
Me plante delante
Lo mire con mirada altiva
Nada esperaba, nada buscaba
Pero el árbol, igual diferente
A la vez que lo miraba
Sin saber, lo que era, yo en mi ser lo sabía
Lo mire mil veces
Noche tras noche
Dia tras día
Te pensé de noche te pensé de día
Te mire desnuda
Sobre tu tronco rugoso
Arañe tu superficie
Buscando lo que no sabia
Eras tú, duda no cabía
Entre el bosque enorme
De árboles adormecidos
Me paré ante ti una noche
O quizá era de día
Y conocí en un momento
Que eras igual, no, diferente
Y te tome de la mano
Y me planté a tu lado
Y deje que mi tronco,
Clavara sus raíces al lado de las tuyas
Extendí mis ramas
Clave en el suelo mi vida
Para quedar a tu lado
Entre aquel bosque enorme
Que al final,
Aunque no quieras
Es el que crea la vida.