Santuario de Nuestra Señora de Linares

Santuario de Ntra. Sra. de Linares, considerado el más antiguo de cuantos tenemos que anotar en los alrededores de Córdoba, por haberse fundado en seguida de su conquista.
Conocida es ya de nuestros lectores la conquista de Córdoba por el Santo Rey Fernando III, dispensándonos el que la repitamos para completar la historia del Santuario de Linares: aquel Monarca llegó con sus huestes á la pequeña población de Alcolea, acampanadas en toda la parte de la sierra que mira á la ciudad y fijando su tienda cerca de donde vemos la ermita; según costumbre, con el objeto de animar á sus soldados, llevaba siempre consigo una imagen de la Virgen, de regular tamaño, para poderla colocar, durante las batallas, en el arzón de la silla de su caballo, donde todos podían llamarla como su poderosa defensora: el nombre de Linares ha dado lugar a diferentes conjeturas; créese, entre ellas, que no estando el Rey en Toledo, sino en Benavente, al saber la toma de la Ajerquía, y no teniendo allí su imagen predilecta, ó tomó éste al pasar por la población del mismo título de Linares, ó la Virgen quedó con el del apellido del capellan á quien venía confiada; de uno ú otro modo, se asegura que el Santo Rey la colocó por sí mismo en el centro de una torre ó atalaya que encontró en aquel sitio, y por consiguiente á su persona se le debe confirmar la creación de aquel venerado Santuario.
Realizada al fin la conquista de la ciudad, parecía natural que la imagen hubiese sido traída á ella: mas no lo fué, tanto por conservar aquel histórico recuerdo, como por creerla mas segura, pues quedando Córdoba aun rodeada por pueblos dominados por los árabes, sería mas fácil en una sorpresa, que sus guardadores la salvaran por entre las espesuras de la sierra.
Desde este tiempo data la devoción de los cordobeses á Ntra. Sra. de Linares; sus donativos aumentados con los que hiciera el Obispo D. Lope de Fitero y el Cabildo Catedral, fueron bastante á labrarle iglesia ante la torre que quedó y existe, formando la capilla mayor, si bien desde entonces una y otra han sufrido muchas restauraciones, hasta hacerle perder su primitiva arquitectura, especialmente á la iglesia.
Unas veces muy viva y otras bastante tibia, ha llegado á nosotros aquella devoción, después de pasar mas de seiscientos años; probándose esta verdad histórica con las mandas piadosas que á su favor se encuentran en muchos testamentos, entre ellos el del Dean D. Pedro Ayllon, otorgado en 2 de Julio de 1302, mandando se le restituyera á dicho Santuario, á la sazón casi desamparado, ciento veintidós maravedises y varias alhajas que tenía en su poder: también hemos leído que el Maestreescuela Bañuelos, edificó á su costa las habitaciones que aun existen á la derecha de la iglesia, y el Chantre Aguayo dejó un legado de doce fanegas de trigo y cien reales anuos para ayuda de un santero que permaneciese al cuidado de la Virgen.