La Reina Isabel y las Cordobesas Ociosas

Cuando Isabel la Católica estuvo en Córdoba, le llamó la atención las muchas mugeres que frente de palacio, se estaban dos ó tres horas esperando ver si se asomaba, sin dedicarse á cosa alguna preguntando si le ayudaban á sus maridos á sostener las cargas de la familia, hubieron de contestarle que no, cuando dijo: -«Pues sino ayudan á ganarlo, tampoco deben disfrutar de ello,»- y las privó del derecho á los bienes gananciales por muerte de sus maridos. De sus resultas muchas iban á casarse á la inmediata aldea de Alcolea, para poder usar de aquel derecho. José Fernandez era muy pobre y se casó en Córdoba con una muger tan cuidadosa de su casa, que ayudaba á su marido á agenciar lo que podian, y entre ambos llegaron á juntar una gran fortuna, que el buen esposo deploraba pasase á sus hijos, sin que su compañera fuese dueña de lo que realmente había ganado, y que para vivir de ello tendria que hacerlo por la voluntad y como favor de aquellos; mas nuestro rico paisano, á pesar de su poca instrucción, acudió á Carlos III, haciéndole presente su situacion y la injusticia con que obró la primera Isabel, logrando que se alzara su prohibición, como hemos tenido lugar de ver en una real pragmática que está inserta en la Novísima Recopilacion.