Saborio, Ezaborio…

¡Como somos!, sírvanse vuesas mercedes que en el idioma de Cervantes, la palabra era desabrido, y sigue siéndolo, según la Real Academia de la lengua.
Pero aquí, a fuer de no cambiar, demasiadas letras, y poco sonido.
Primero desaborio, después esaborio, más tarde saborio, o zaborio.
“niña, la comida esta saboria”, sin sabor o sin sal, o de mal aspecto.
“Que tío más saborio”, que es estúpido o de mal trato.
Y así hasta la saciedad.
Hemos pasado tanta hambre, que nos comemos las letras, aunque estén sin vencer.
Los lingüistas le llaman “economía del lenguaje”, aquí, que el cerebro nos va mas rápido que la lengua, así que a comer letras, que si el de enfrente se entera, perfecto, sino… que aprenda.
Imagen de Robin Higgins.