Puerta del Puente

Puerta del Puente.

Se conoce la existencia de una puerta aledaña al rio, desde tiempos romanos, pues bien es sabido que era una de las principales rutas de entrada a la ciudad, y también sabemos que el lienzo de la muralla romana, alcanzaba esta parte, por lo demás, principal, sino la más, a todos los efectos.

Una de las razones de que pensemos que existía una puerta de época romana, o en todo caso anterior al dominio árabe, en este lugar, es el primer nombre que le dan los árabes tras la conquista de Córdoba, Bab al-Sura (Puerta de la Estatua), debido posiblemente a que existiera una estatua, que, por la prohibición musulmana de representar en efigie o figura a cualquier persona, debía de ser anterior, casi con seguridad romana.

Según las creencias del Islam, las estatuas son figuras completas y sólidas (de humanos o de animales) que no han sido desfiguradas o retirado su rostro. Su presencia en una casa se considera suficiente para ahuyentar a los ángeles, quienes representan la misericordia y la complacencia de Allah. El Mensajero de Allah dijo: “Seguramente, los ángeles no entran en una casa donde hay estatuas (o figuras). También es ilícito que el musulmán se involucre en la producción de estatuas, aunque las produzca para no musulmanes. El Profeta dijo: “Los hacedores de imágenes estarán entre la gente que reciba el castigo más duro el Día de la Resurrección”.

Valga esta aclaración para que establezcamos la lógica de lo dicho en el párrafo at supra.

Posteriormente, aun en época hispano musulmana, y posiblemente una vez retirada, destruida, o quien sabe qué final tuvo la efigie, aparece con otro nombre, Bab al-Qantara (Puerta del Puente), pues bien sabido es, que los seres humanos tendemos a la simplificación.

Posteriormente cambia de nombre, pues el dominio andalusí no es de días, y pasa a ser conocida como Bab al-Wadi (Puerta del Río), otro nombre totalmente lógico.

Mas tarde, posiblemente en la época de la Fitna, o de la decadencia final, tomó el nombre de Bab al-Yazira (Puerta de Algeciras), pues lógicamente, es la puerta que enlaza con el sur peninsular, como podemos comprobar, todos son nombres eficaces y simples, nada que extrañe en su nomenclatura.

Tenemos que pasar al año 1.575, cuando por motivo de la visita de Felipe II, se realiza la obra de la que conocemos como Puerta del Puente, no como la podemos admirar hoy en día, apenas la fachada.

Es una construcción de tres cuerpos, realizada por Hernán Ruiz III, en el central, aparece la siguiente inscripción:

“Reinando la Sacra Católica Majestad Don Felipe, nuestro señor, segundo de este nombre”.

No cansemos la lectura, terminemos diciendo que son columnas de estilo dórico que sustentan una cornisa de forma triangular.

¿Qué paso con la puerta previa?… imagínenselo.

Pero como Córdoba, es Córdoba, solo se puso la fachada, es decir, la que mira al río, detrás… lo que existía. “Hacer el paripé”, que se nos da de miedo.

Se nos aparece ahora despejada, porque en 1912, desaparece el lienzo de la muralla, quedando aislada. Otro “iluminado” (en Córdoba abundan), que cuando las cosas son viejas se derriban o destruyen, como casi todas las puertas de Córdoba… como casi todo.

Pasan apenas unos años, y en 1.928, se crea la fachada interior, la que da a la ciudad, ya se sabe que en Córdoba las obras se alargan, ni cuatrocientos años tan siquiera.

Y he aquí, como es, que ahora en vez de puerta, tenemos un Arco del Triunfo, que está muy bien, encantador, maravilloso, pero que es… terminen la frase, porque lo que es Puerta, no lo es.

Pedro Casiano González Cuevas 2.019