Mi Historia de Córdoba, Escrita por un Cordobés. Sexta parte

Mi Historia de Córdoba, Escrita por un Cordobés.
Sexta parte. Uno de los personajes más truculentos.
Almanzor.


Abu ʿAmir Muhammad ben Abi ʿAmir al-Maʿafirí, llamado al-Manṣūr), «el
Victorioso”, más conocido como Almanzor (c. 939-Medinaceli, 9 de
agosto de 1002), fue un militar y político andalusí, canciller del Califato de
Córdoba y háyib o chambelán del califa Hisham II.
Se cree que nació en Torrox, de una familia de juristas, y estudio para
formarse como Alfaquí (experto en jurisprudencia islámica), pero se
desplazó a Córdoba, la capital, donde gozo del apoyo de Subh, la
concubina de Alhaken II y madre del heredero.
Debido a la juventud de Isham II, Almanzor ejerció el poder en el califato,
incluso con los descendientes de ese.
Era el hombre de confianza, el que realmente controlaba cualquier esfera
de poder en el Califato, defendía la Yihad (que por desgracia todos
sabemos que es), y gozaba del favor de los líderes religiosos.
Bueno, todo esto de fechas y tal, me aburre, así que voy a intentar
explicarlo a mi modo, seguro que no es riguroso, ni científico, ni nada
parecido, pero tanta fecha me aburre.
Pues como os decía, el tal Almanzor era de Torrox (pedazo de playa, y
venirse al calor), hijo de jueces más o menos, viene a la capital a estudiar
derecho y leyes, el padre que se muere, tiesos como reglas, de tal forma
que tiene que estar de escribano (el que escribía lo que aquellos que no
sabían, le relataban), en los alrededores de la mezquita, vamos con más
hambre que el perro de un payaso.
El caso es que tenía algún que otro contacto, su abuelo había sido Cadi de
Sevilla, y como el tipo era un trepa culebrero, se le mete debajo de las
faldas a la concubina de rey, después de medrar y trepar como pocos
saben, que el estar tieso hace que espabiles rápido.
Llevó las herencias sin herederos, los bienes de la favorita, y
aprovechando la minoría de edad del Monarca, y gozando del favor de la
misma, Shub, siete meses después era el director de la CECA (casa de la
moneda), casi nada, tonto era.
Después de la Shurta (la policía), más tarde gran Cadí del Magreb (norte
de África), e inspeccionar las conquistas del Galib, que había triunfado,
pero había costado una fortuna (es que la gente no se deja matar, declaro
Galib posteriormente), el caso es que el tipo era un organizador nato, lo
controla todo, desde el sometimiento de los conquistados, el
reclutamiento de las tropas, vamos que lo lleva todo para adelante.
Se puso más malo que un perro, tan malo que tuvo que volver a Córdoba y
nunca regresó a África, vamos que le cogió asquito.
Vuelve a Córdoba con más poder del que se fue, ahora le toca jugar más
fino, y sabe cómo hacerlo. Pero se encuentra con que el pequeño Hixem
no es acogido por todos, debido a su juventud, y se forman varios bandos
que aspiran al poder, Almanzor como buen lioso, se alía a los dos bandos,
y sigue en el de Hixem, así que cuando llega el momento traiciona a uno
de ellos, con cien soldados se encarga personalmente de estrangular al
traídos, y después colgarlo de una viga delante de su familia, el suceso
quedara, como un suicidio. Al final coronan a Hixam, y al-Mushafi, es
nombrado chambelán (primer ministro casi), y Almanzor su ayudante, que
además continua con el apoyo de la madre de Hixam.
Pero muchas manos en el plato siempre tocan a rebato, y Almanzor
aprovecha la inactividad de Al-Mushafi en enfrentarse a las incursiones de
los rebeldes y de los cristianos, con lo cual se hace cargo de las tropas de
la capital. Ya tiene el título de Culebra mayor.
Aquí es donde Almanzor empieza con las famosas aceifas (ataque sorpresa
para arrasa los territorios del enemigo, conseguir botín, sobre todo
esclavos, y debilitarlo).
En la primera, de dos meses de duración, llegó hasta casi Salamanca, no
tomo ningún bastión, pero volvió con dos mil prisioneras (era tonto…),
esto y alguna que otra aceifa más le consiguen el puesto de prefecto, que
era del hijo de Al-Mushafi, y además tenía que autorizarlo, pero se lo pasó
por el arco del triunfo.
Pero lo que le faltaba al chambelán, era que Almanzor se casase con la hija
de Galib, el gran general, a partir de ahí se le acabó el chollo.
Con todo ese poder de deshizo de cualquiera que no fuera de su confianza
por cualquier medio, aplasto una rebelión que quería colocar a un
pretendiente en el trono, y después de un intento de matar a puñaladas al
Califa, organizó tal represión que hasta los líderes religiosos se pusieron
las manos en la cabeza, pero le dio igual.
Pero dos, es lo contrario de uno y Almanzor y Galib, a pesar de las victorias
de ambos, y de ser su suegro, se liaron a palos. En una de las aceifas, se
enfrentaron quedando Almanzor herido, salvándose por los pelos, pero se
volvió a ir arriba y al final derrotó a su suegro que se exilió en reinos
cristianos.
En un solo año llegó a realizar cinco aceifas terribles en los reinos
castellanos.
Pero Galib se alió con castellanos y Navarros, y lo derrotó, pero
sorprendentemente, el tío, que era de piñón fijo, juntó todo lo que tenía y
se enfrentó a ellos, cuando todo estaba perdido para él, encontraron en
un barranco el cadáver de Galib (tenía más de ochenta años), y eso
cambió el curso de la batalla, Almanzor volvía a triunfar, de ahí lo de AlMansur (el victorioso), pero no dejó títere con cabeza, hizo una
escabechina entre sus enemigos, de tal forma que muchos de ellos se
pasaron a su ejército.
Cuando retorna a Córdoba es el hombre más poderoso del Califato, y se
deshace de sus enemigos y de cualquiera que pudiera hacerle sombra, es
el chambelán, el único, y no va a haber nadie más poderoso. De hecho, el
califa apenas si sale. Almanzor domina Córdoba con mano de hierro.
Fijaros que mando ejecutar delante suya a uno de sus hijos que se rebeló
contra el califato, es decir contra él. (después mando matar a los que lo
mataron, pero vamos…)
En cuanto a Shub, la favorita del Califa, le duró poco, la mujer cogió del
tesoro real una cantidad grande dinero (80.000 dinares), que Almanzor
investigó, de camino hizo que llevaran el tesoro real a su palacio en
medina Azahara, cuando salían, esta se le opuso con parte de su gente,
pero obtuvo el apoyo incluso del Hijo de esta Hixem II, así que Shub
escapó, y con ese dinero fomento rebeliones en el Magreb, pero que no
consiguieron apoyo en la península.
Almanzor reformó el ejército, siguiendo los pasos de Alhaken, haciéndolo
más profesional, reclutó mercenarios, principalmente esclavones
(saqaliba, esclavos cristianos, muchos de los cuales se creen que eran
vikingos, algunos islamizados), eso permitió que los andalusíes se libraran
de servir al ejercito pagando un impuesto (siempre el dinero), de tal forma
que algunos cronistas afirman que el total de las fuerzas era de 600.000
peones y doscientos mil caballeros.
Eliminó las unidades étnicas, es decir las que las formaban soldados de
una sola tribu, y mezclo etnias para evitar que se sublevaran, esto fue el
germen de la caída del Califato, pues cuando perdió fuerza, las
enemistades creadas fomentaron las guerras civiles y las algaradas.
Almanzor como fanático religioso, se apoyaba en la Yihad, de hecho, en
esos tiempos, Al Ándalus se conocía como “país de la Yihad”, esto atrajo a
muchos musulmanes fanáticos, eran pocos, pero combatían como
posesos.
Se calcula que hizo cincuenta y seis aceifas, la más famosa de ellas es la de
Santiago de Compostela, donde se llevó las campanas, pero respeto el
sepulcro del Apóstol. En la última, también victoriosa, le sorprendió la
muerte, tuvo artritis gotosa durante veinte años, cerca de Medinaceli.
Los botines de sus aceifas, influyeron en la vida del Califato, las cuantiosas
cantidades de esclavos, sobre todo esclavas de buen ver, hizo que se
quejaran los que tenían hijas casaderas, pues ningún varón, salvo
entregándole una dote cuantiosa, se casaría con sus hijas, habiendo tan
bellas y baratas esclavas.
Se calcula que solo en una razzia en la que destruyó Barcelona, trajo más
de 70.000 esclavos cristianos.
Su muerte es el principio del fin del Califato Cordobés.