Hoy ha Muerto mi Perro.

Hoy ha muerto mi perro.

Apenas nada, solo un animal, sin conocimiento, desdeñable ante la humanidad de cualquier persona.

Pero, me he despedido de él, como se hace con un compañero, como se hace con un camarada, y me ha mirado con sus ojos ya lánguidos, por el sopor de la química.

Y mi alma ha muerto con él un poco, me siento más solo, más triste, y yo, con el corazón duro como la piedra, he derramado dos lágrimas que no sabía que tenía.

Soy duro, pero un compañero, es un compañero. Durante años, me ha servido, nos ha servido a mi familia y a mí, ahora… simplemente, no está… y es solo un animal.

¿O no?, no sé qué clase de cielo tienen los perros, pero si existe, allí estará, bravo y luchador como siempre, con sus orejas erguidas como si de una estatua viviente, bella estatua, fuera.

No era simpático, como yo, ni tan siquiera agradable, pero era un carácter, no fallaba, siempre estaba ahí. Cuando escribía, se colocaba a mi lado, me miraba, y supongo, que lo que veía, no terminaba de gustarle, simplemente se marchaba a cuidar de otra persona de la familia.

La banda sonora de mi casa se ha ido, ahora está el silencio, ya no oiré los ladridos del enorme pastor alemán de más de cincuenta kilos de nervio y músculo, y todo se queda solo, abandonado, como si estuviera sordo. Ya no tengo que ordenarle que calle, hoy, ha callado para siempre.

Y me encuentro más solo, Iker, mi perro ha muerto, y parte de mi alma se ha marchado con mi compañero, con mi amigo.

Descansa en paz noble perro.