Días de Serpiente

Días de serpiente

Enroscada en mi

La ves venir

Y no puedes escapar

Sabes que vendrá

Que está ahí,

Pero nada hay por hacer

Esta dentro, se unió

Corre por el cuello,

Se abraza a tu cabeza

Tus ojos se dilatan del dolor

Y crujen los huesos

Como si no hubiera Dios

Malsana hiena

Que devoras mis huesos

Serpiente de venas rotas

De muerto cuerpo

Tensión al colarse

En tu interior

Y hacer que te retuerzas

Como perro, del dolor

Maldita serpiente

Maldita hiena,

Me destrozas, me llenas

Y sube in crescendo

Como si fuera una estrella maldita

Y gritas

Como si fueras un perro

Pero nadie te escucha

No salió de tu boca

Se quedó dentro,

Por lo menos ahora,

pero solo un momento,

quizás al siguiente,

lloraras, con las venas hinchadas

con todo en tensión

 en tu destrozado cuerpo

y sube, y sube

por huesos

por músculos

por tendones y venas

a todas de dolor llena

y quieres morir

cómo mil veces antes

nunca para, maldita

la serpiente aprieta

no tiene alma,

solo, aprieta

y te falta el aire

el pecho colapsa

te mueves inquieto

pero nada amaina

la serpiente,

la hiena

se ríen de tu dolor

de tu crispada cara

destruida, hinchada

y si un Dios existe

no te escucha, es sordo

o malvado

qué más da

lo que haga

qué más da su sentido

la serpiente aprieta,

la hiena rompe y rasga

y levantas tus brazos

pero ya nada se mueve

y ese Dios que no existe

se ríe en tu cara

como silbando al oído

con maldad te canta

“Te dejo la serpiente,

Te dejo la Hiena

Te acompañaran en el viaje

Que ahora se inicia

Y que nunca acaba

Hasta que mueras, desecho”

Y la voz se aleja

Y la serpiente aprieta

Y la hiena rompe y rasga.