
Desnuda sobre la blanca cama
Tu cuerpo durmiendo
Sin decir nada
Pero diciendo
Y te miro
Como si nunca lo hubiera hecho
Tu bella espalda, desnuda de sabana
Tu blanco cuerpo,
El racimo de tu cabello
Y me desvelo
Retiro con cuidado ese cabello
Que acaricia tu espalda
Y recorro con mis dedos
El reclamo de tu columna
Y beso con cuidado, con gula
Tu cuello
Y lleno de humedades tu lóbulo
Tu oído lleno,
Sé que te excita, por eso juego
Y sigo acercándome
Pegando mi cuerpo al tuyo
Que no sé si aún duerme
Pero sé más caliente
Lo noto en el cuerpo
Cuando te rozo con mi miembro
O será solo cosa mía
Pero cuando me pego a tus caderas,
Como si pensaran solas
Se abren, me dejan paso
Y se acomodan
Esperando solo que pase
Y lo hago
Y en la humedad de lo esperado
Se pierde, mi sexo devorado
Y te mueves
Con la cadencia del mar
Con la tranquilidad del que quiere soñar
Con el cuerpo del amado
Y tu interior es mi cielo
Y con el me muevo
Y me llevas casi inerte
Al paraíso de los sentidos
De saber que existe algo
Que no podías creer
Que la belleza también está
En el movimiento invisible
De sus caderas
En que puede acariciarte
Sin que te muevas
En que te aprieta
Con la dureza del amor
Y la ternura de un beso
Desde su interior,
Y como si fuera un volcán
Todo explota
Su amor aprieta
Pues llega al paroxismo
Respira fuerte
Y te aprieta
Tanto que casi duele
Se anuda en ti
Como el sarmiento
Sarmiento húmedo de amor
Y estallas, con la violencia
Del mar embravecido
Con la furia
Del deseo incontenido
Con la humedad de ríos desbordados
Mientras quieres aplastar los duros pechos
Que apuntan al cielo su mirada
Y termina,
ella respira agitada
Húmedas piernas, caderas, todo,
De ti, de ella, de amor consumado
Y no dice nada
Solo coge tu mano
Se la lleva a su corazón Y aprieta.