
El aire de la tormenta
Trae recuerdos,
Ahora que la noche
Enturbia el pensamiento
Cuando los aconteceres
Mas notables
Parecen meros apuntes
En pizarra antigua
La ventana, agua negra
Entre los faroles
Uno encendido
Más apagados
Y la soledad que acecha
Como el que sabe
Que la esquiva presa,
Al final muere
Y sin interés, espera.
Aire, aire, de augurios negros
De caras perdidas
En la sombra de los recuerdos
De fantasmas traídos
De la inconciencia
Del alma de las almas muertas.
Caras de generosas ojeras
Viejas, notablemente
Maduras posiblemente
Juveniles, las menos,
Pero todas perdidas
Por el arrollar de la vida
Por su mazo inconsciente
Del día a día
Y no perdona
Ni da la vida, la quita
Y el reloj, sigue marcando
Sin corazón, segundo a segundo
Y borra sin remisión
Más caras, muchas más
Y cada noche más soledad
La solitaria vida,
Del que solo desea una cosa,
Que lo dejen marchar.