Cuentos de Mar, Viento, Arena y Soledad

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Miró al mar, hoy era de mil increíbles tonalidades, parecía un anuncio, como si lo hubieran preparado minuciosamente, se movía como intentando sincronizarse con sus latidos, queriendo que la pena que sentía se alejara de su alma, erradicada por la belleza.

La brisa la acarició, como si fuera su amante perdido, y llenó de calidez su rostro, de humedad, y quiso sonreír por primera vez desde hacía tiempo.

Y de nuevo el mar que se acercaba a sus pies y se alejaba, como si le diera miedo tocarla, pero a la vez como si quisiera decirle que ansiaba su contacto, que quería estar con ella, que deseaba alejar la soledad de su alma, y le sonrió a los miles de estrellas brillantes que lo conformaban, y sus pies los sintieron e hicieron que su corazón, volviera, sin sentido quizás a estar menos sola.

Atardecía y el sol, antes de marcharse parecía decirle, “me voy amiga, pero sabes que volveré”, y sintió su lánguida calidez en sus mejillas.

El mar, la mar de los marineros, de los poetas, de los solitarios, de los tristes, se abría ante ella, y por primera desde hacía tiempo se sintió bien; el alma, quizás un poco menos rota, quizás la vida mínimamente más amable.

EL viento, la abrazó, la acurrucó en su seno, y le trajo retazos de salina y de humedad, de calor refrescante, de tibieza para su alma fría, y se sintió abrazada, querida, aunque fuera discretamente.

La arena, se fundió en sus pies, mojada en el agua de lejanos, cercanos lugares, y le contó historias, de amores, de desamores, de vida, de muerte, de la lejanía, de la cercanía de las almas heridas, de que no era la primera, de que no sería la última, de que la vida de eso se componía.

EL sol, la miró con su gran ojo, que se apagaba tras el enorme párpado del horizonte, y le dio su último calor, se despedía, pero a la vez le susurraba que volvería.

Una lagrima, quizás la última, solo de momento, cayó sobre la arena, el mar se la llevó, donde cayó movida por el viento, y el sol, que se marchaba, se la llevó hacia dentro.

©Pedro Casiano González Cuevas 2.018