
Luis desayuna con Paloma, que como siempre parece un náufrago de años, comiendo los jeringos como si los fueran a prohibir.
-No creo que pueda correr, por lo menos con la asiduidad con la que lo hago ahora.
Paloma levanta la cara, con los labios llenos de aceite.
– ¿Estás enfermo?, con lo que te gusta.
-Sí, me gusta, pero no es eso, me incorporo, posiblemente, al hospital nuevo que están construyendo al lado del universitario.
-No me jodas, va a ser un monstruo, con lo más moderno, ¿te ha contratado?
Luis asiente con la cabeza.
– ¿De qué?
-En mantenimiento, torpe.
Paloma sonríe.
-Ya sé que de cirujano, pero, ¿con salidas al extranjero y eso?
-Si, además de jefe de cirugía.
-Toma ya, -es cara de asombro de Paloma-, jefe de cirugía, pedazo de puesto, el que más manda en los quirófanos.
Luis asiente.
-Pero aún no lo tengo claro, me han ofrecido una plaza en un hospital de Berlín, uno nuevo también, más costoso incluso que el que están haciendo, más pasta, más tranquilidad, más nivel, más eficiencia…
-Más a tomar por el culo, -la cara de Paloma cambia.
-Tú lo has dicho, frio el ambiente, el personal, nieve, austeridad, sin colores, eso sí, a las alemanas le gustan los mediterráneos.
-Sí, con la cara de moro que tú tienes.
Luis sonríe.
-Lo he pensado, y me quedo aquí, demasiado lo que perdería, no lo podría sustituir con dinero.
– ¿Tanta diferencia hay?
Luis asiente.
-Una locura.
– ¿Y si me voy de secretaria tuya y me das la diferencia?
Luis la mira.
– ¿Con el frio que hace?
-Una buena calefacción…
-Como se nota que no has estado allí, cuando ven el sol, lloran como niños pequeños.
Paloma sonríe, después le cambia la cara.
-Entonces, estarás más liado que la cabeza de una loca.
-Como lo sabes, hasta que organice lo que no existe, va a ser una locura, y eso si no me equivoco escogiendo mi equipo, los demás equipos…
– ¿Vas a seguir operando?
-Sí, más que nada, porque me han contratado por el tema de las operaciones en el extranjero, que dejan dinero al hospital, pero más fama.
-Eso está bien, lástima ser una pobre estudiante, que además la están jodiendo en anatomía patológica, me suspendieron en el primer trimestre, a ver si la recupero, sería un baldón en mi expediente.
– ¿Quién es el catedrático?
-Jordano.
La cara le cambia a Luis.
– ¿Raúl Jordano?
Paloma asiente.
– ¿Lo conoces?
-Claro que lo conozco, así como sé el porqué del suspenso.
-No me jodas.
-Sí, el torpe de Jordano quería ser cirujano y no valía ni para carnicero, tuvo que cambiar en medio del MIR, supongo que no me lo ha perdonado, y quiere pagarlo contigo.
– ¿Qué pasó?
-Me lo pusieron de compañero, yo como ayudante, a la tercera, propuse que no quería ser compañero suyo, me lo quitaron, a partir de ahí, otro compañero, que también lo repudió, al final cambió de especialidad, complicado, pero tenía padrinos, a pesar de todo, supongo que ha recalado en la facultad, porque no habría nadie que lo quisiera, no vale para nada.
-Sí, pues a mí me ha jodido.
-No te preocupes, tengo la kriptonita del hijo de puta del Jordano, tendrá muchos enchufes, pero yo tengo algo que…, -sonríe-, ya verás.
Paloma lo mira.
-Entonces, ¿no soy un topo?
-Si lo eres, pero intentaré salvarte de ti misma.
-Que gracioso eres, -levanta el brazo-, otro plato más, te voy a arruinar.
-Sí, invertir en el culo tan gordo que se te está poniendo, no creo que esté bien.
-Te odio.
-Es mentira.
Paloma sonríe.
-Es una buena inversión, sobre todo para una buena estudiante tener unos mofletes tan gordos, amortiguación se llama.
Paloma levanta un jeringo, mientras Luis se tapa con los brazos la cara, el objetivo seguro del lanzamiento del jeringo.