– ¿Cómo es?, Víctor.
– ¿Te cuento la verdad, o te cuento un cuento?, abuelo.
-La verdad, no me seas insolente.
-Basta, burda, sin educación, fea, sucia y con la boca de un camionero.
-Como su abuelo, – sonríe el General -, putos Arredondo, siempre se lo decía, entra en la escuela de oficiales, ¿sabes lo que me respondía?
Víctor niega con la cabeza.
-Coronel, oficiales hay muchos, sargentos Arredondo, solo yo, hijo de puta, – sonríe su abuelo y mira a través de la ventana, Víctor se da cuenta de que se ha perdido en algún lugar.