42 Deseos

Nieves se estiraza todo lo que puede en el sofá, pero no consigue impedir que Luis se eche, es demasiado pequeña.

-Nieves, ¿qué te pasó de pequeña, comiste poco, algo genético que te dejó medio enana?

             Nieves sonríe, se abre la bata, está desnuda.

– ¿Qué me dices de la enana?

-Madre del amor hermoso, que exceso de valoración de las personas de estatura, estás maravillosa, increíble…

-Cállate y ataca, es domingo, el día en que se me pone como un tomate.

– ¿Cómo te fue con tus padres?

-Ya te he dicho que ataques, ¿o tengo que ir al vecino?, que me echa unas miradas…

             Un buen rato después, Nieves está sobre Luis.

– ¿Que me quieres decir?, bruja, que primero me has hecho la caída de Roma.

             Nieves lo coge de la cara.

-Mi niño que listo es, parecía tonto, y mira, solo es gilipollas.

             Luis sonríe.

-Suelta, larga por esa boca.

             Nieves se pone seria.

-Es algo gordo.

– ¿Malo?, Nieves, que te temo.

-Dependerá de la clase de persona que seas.

-Suelta ya, mujer, que me vas a matar.

-Estoy embarazada.

             La cara de Luis se torna seria, después sonríe.

-Pero tomaste la pastilla, era, es…

-Tienes los espermatozoides de las fuerzas especiales.

             Luis sonríe, la besa en la boca.

– ¿De cuánto?

-Pero, ¿te alegras?

-Claro que sí, ¿de cuánto?

-Más de tres meses.

-Que bruja eres.

– ¿Te importa que no te lo haya dicho?

-No, -niega con la cabeza-, un niño, que alegría.

-Niña, te va sacar los dineros…

-La próxima dímelo, no me gusta enterarme cuando tu quieras.

-Te lo juro, esta vez, ha sido la primera, estaba asustada, y si tú…, -miente.

-Sí, que no me conoces, tú has terminado, tienes trabajo, yo termino el año que viene, si saco el MIR, pues eso, sino al paro, joder que vida más perra.

– ¿Con las manos que tienes, cuántos empleos te han ofrecido?

-No es eso, -y se mira las manos-, y si estás…

-Ni pajillas, ya te descargo yo, que mi niña depende de esas manos.

-Depende de súper Nieves, la madre poderosa que desde el hospital arregla los problemas del mundo, ¿qué vas a hacer con el trabajo?

-Hasta el ultimo día, después me tomaré el mínimo período, hay demasiadas brujas, que el embarazo no sea tomado como escaqueo, si no me relegarán.

-Me siento mal, yo tocándomelo, y tu manteniendo a la familia.

-No, me lo tocas tú, yo trabajo unos años, después gimnasio, compras, spa, ya sabes, lo de la esposa de un prestigioso, que digo prestigioso, del mejor cirujano, la pasta por castigo.

             Luis la mira, mueve la cabeza, es su diosa, ahora embarazada, perfecta, maravillosa, casi milagrosa, tanta suerte que le da miedo, muchos interrogantes, pero ahí está la estatua que no se fragmenta por nada, incólume, maravillosa, la besa con pasión.

-Una cosa más, vas a estar un tiempo que no…, ya sabes, si miras a alguna mujer, esas manos, te las corto, dedo a dedo y también el que tienes entre las piernas.

-En eso justo estaba pensando, como te quiero.

-Así me gusta, que te voy a dar un preñado como las niñas ricas.

-Eso espero, -la abraza.

             Todo está perfecto, ¿cuánto durará?, y la alegría desaparece, reconoce que siempre ha sido de los del vaso medio vacío, no puede cambiar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *