02 Hoy de Nuevo en Planta

Hoy de nuevo en planta antes de las cinco de la mañana, noche de Listz, noche tranquila, aderezada con aperturas de ojos no deseadas, al final, dormir como un niño pequeño, inquieto, llorando, cagado… una alegría, pero al final, despierto, lo que no significa que el cerebro haya comenzado a funcionar, el caso, es que quieras o no quieras, levantado, que esa es la vida, abrir los ojos, y comenzar a penar, o a vivir, que por desgracia muchos días es lo mismo.

Pero no me gusta ponerme tremendista, me encanta…, pero no es eso, parco desayuno, muesli, que tenga azúcar, el tener diabetes no tiene que ser impedimento para nada, que quiero ser el muerto menos saludable del cementerio…, el día sigue encapotado, dan ganas de vivir, y una m…, pero la vida sigue, ducha, ropa, comprobación de que todo está apagado, o encendido, o lo que corresponda…, que cansancio, llaves, cerrar, ascensor, persona que no te saluda, pero que si quiere algo bajara o subirá a pedirlo, la tónica de siempre, la de la vida en una ciudad que cada vez lo es más.

La calle, inhóspita, de eso se cuida el ayuntamiento, que para eso pagamos impuestos, si no te caes, es que eres un artista de la gimnasia sobre suelo, que me gustaría verlos esquivando las esquinas de los bloques mal colocados, partidos, el alquitrán nervioso que se levanta antes que tú, las humedades resbaladizas que compiten en maldad de la de pago, … en fin, mil dificultades que sortear antes de que el sol se ponga, que va con el negocio.

Aun es de noche, el coche parece que se ha escondido desde que lo deje el día anterior, es una estupidez, trabajo cerca, tengo cochera en el bloque, también donde trabajo, pero lo dejo fuera, como si…, y yo que sé, que soy perezoso o que me sale de los innombrables, pi… pi, el mando que se comunica, las luces que parpadean, allí está, como escondido entre sus malvados congéneres, mi mujer lo llamaba Gorrino, se lo tiene bien merecido, es un puerco, que apenas anda y come como lo que es, un cerdo.

Abro, húmedo, olvidado, con los cristales empañados, casi como yo, un poco mejor solo; asmáticamente arranca, lo dejo calentar, que aun así le cuesta; primera, de automático nada, se cala, no arranca, lo intento hasta que solo el instrumental de frente parpadea al girar la llave, se ha muerto la batería, salgo, empujo hacia atrás mientras niego con la cabeza al que esperaba para aparcar en un lugar que vale oro, u horas de dar vueltas, que se joda, como yo, que hago la gimnasia que no he pedido; si, el día comienza bien, como siempre.

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