El Camino del Lobo

La vuelta a la normalidad imposible, el perdón de los que te traicionan, improbable, ¿Qué te queda, Pablo? Seguir hacia adelante, tapando los errores de otros, pagando culpas que no son las tuyas, soportando el peso de la responsabilidad de proteger a quienes no se dejan.

Rosa crece a pesar de todo, la responsabilidad de ayudar a los demás, su leyenda su herencia y su futuro, y la amenaza la de aquellos que saben o imaginan lo que ha hecho y quieren recuperarlo, de cualquier forma, la sangre de los asesinos planea como una sombra negra sobre todos los que quiere.

La amenaza se hace real, van a por Rosa, y Pablo solo sabe una forma de acabar con ella, eliminarla, paso a paso, persona a persona, Pablo crea un círculo de muerte para asegurar a los que ama.

No importan los medios, ya no es Policía, es solo el Segador, el alma del verdugo, no hay límite en lo hecho, la línea entre el bien y el mal desaparece, Pablo la cruza, y sus actos dejan un reguero de muerte y de destrucción a su alrededor.

Pablo caza alimañas, pone cepos, trampas, y las elimina conforme caen, no hay prisioneros en esta contienda.

Nueva misión, nuevo reto, nueva prueba, los ángeles de la muerte tocan a su puerta, y se cruza con la familia de las alimañas, muere, o vive, muere, al final muere, nada es ya vida, la traición de la que más quiere hará que Pablo desee una y mil veces la muerte.

Los fantasmas de aquellos que han muerto por él le rodean, le piden que vaya con ellos, y Pablo quiere morir, se aleja de todo, de su vida, de la vida, y en las tierras más lejanas más desconocidas se adentra. 

“Ven dulce muerte, ven”, implora todos los días, y a su alrededor todo se desvanece, más fantasmas alrededor suyo.Y la apoteosis, los demonios de tierras lejanas lo conocen, lo llaman y le hablan a través del dolor. ¿Qué pasará con el alma de Pablo?¿Volverá a ser Pablo algún día?