Debes de Recordar los Días

Debes de recordar los días

En los que la tarde llegaba

Como bálsamo, curando

lo que no podía el día

cuando todo sonaba

parecía que de bello nacía

como si la mañana

terrible como de cotidiano                 

despareciera con la caída de la tarde

y solo quedara la emoción

de dejar fuera hasta el día siguiente

el miedo la preocupación

la mirada al ocaso

cuando el sol se escondía

ya sin lidiar con matones

sin tener que enfrentarse

mañana, seguro, sería otro día

pelearía de nuevo

pero ese día, cuando el sol caía

nadie venía a turbar la pobre paz

del que no quiere guerra

pero no teme a la batalla

el que la noche duerme

y tiembla después de la batalla

pero que la enfrenta

e irremediablemente gana

sabiendo que con ello

volverá la guerra

deberá de enfrentar, de nuevo

la terrible batalla

en la inagotable fuente de la estupidez humana.