
Hoy soñé
Sabiendo que no era un sueño
Que en el infierno caí
En una sala de muerte
Allí reinaba en toga
La ranacerda
Gritando entre heces
Sacándolas de su hediondo trasero
Y lanzándola a todos los lugares
Levantada la toga
Con un peludo sexo canoso
Lleno de excrementos muertos
Levantando la mano
Dando justicia injusta
Ranacerda grita a los cuatro vientos
Entre cristales muertos
Denosta al cielo por ser Dios
Ella misma en sus alturas
Y lanza de nuevo al cielo
Calientes excrementos
Vida de muertos
Levanta la mano al cielo
De cuyo trono asegura tener derecho
Remanga la toga y caga
Sentencias de mala hostia
Acólitos le lavan sus inmundos agujeros
Mientras llena las fosas de esperanzas muertas
Ufana de su deidad
A los mortales ofende
Simplemente existiendo
Graznando con su voz hedionda
Maldita ramera Ranacerda
Eres carne de gusanos
Y deseo que Dios exista
Para que te castigue
Como lo que eres
Una maldita cerda.